Los seis de la fama
HÉRCULES
En posición simétrica, a la izquierda de la fachada, (derecha del que la mira) se encuentra un hombre desnudo, musculoso, con una clava y una piel de león colgando detrás de él: es la caracterización propia de
Hércules.
Hércules, o Heracles para los griegos, fue el atleta esforzado, que, con sus doce trabajos, purgó la humanidad de los malvados.
Pero su personalidad se enriqueció pronto, gracias a un apólogo de Jenofonte (siglo V-IV a. C.
Memorables): era el hombre que, en la encrucijada, solicitado a la vez por
Voluptas, y
Virtus, supo hacer la buena elección. Este apólogo, glosado por Petrarca, Erasmo y otros, aparece también en este grabado popular alemán:
La encrucijada de Jenofonte. Grabado popular alemán. Exposición Kaiser Karl, Bonn, 2000.
En la Edad Media la fama de Hércules no decrece. En España el Rey Sabio, en la
Crónica general, hizo de él el ancestro de la monarquía española y le atribuyó la fundación de muchas ciudades, Sevilla, Cádiz, La Coruña, etc., y también de Salamanca. En el Renacimiento las grandes familias lo adoptaron como su antepasado. La
casa de Borgoña se sentía especialmente ligada a Hércules, por su relación con el
Toisón de Oro. Un tapiz flamenco contemporáneo del Emperador,
Las Esferas, nos muestra a Hércules envuelto en la piel del león, conforme a la tradición:
Hércules en el tapiz de Las Esferas de Van Orley. Patrimonio Nacional
Carlos V se identificó con Hércules, por borgoñón y caballero del Toisón, por español en la continuidad de Trajano, y como emperador romano. En el arte culto, las
estatuas oficiales de los Leoni presentan al emperador vestido de Hércules; lleva en los hombros de su coraza la cabeza del león, y la misma cabeza con las patas anudadas, en sus botas romanas.
Estatua de Carlos V, por P. Leoni. Carlos V dominando el Furor. Museo del Prado.
Detalle de la estatua de Carlos V. Coraza
Detalle de la estatua de Carlos V. Botas